Reiki ya tiene demostración científica
En el ámbito médico español han proliferado experiencias de voluntariado en hospitales de todo el país gracias a los buenos resultados que la terapia Reiki en la atención de enfermos crónicos o terminales. Desde el punto de vista médico, esos resultados han sido debidos al efecto placebo.
En la investigación llevada a cabo y de la que extraigo la información que configura esta publicación, el ensayo fue realizado sobre ratones con unas condiciones determinadas especialmente para evitar que tal efecto placebo pudiese producirse.
Extractos de la investigación:
Frente a la escasez de trabajos en la literatura que expliquen y comprueben de manera científica los efectos fisiológicos de la imposición de manos, sobre todo en el sistema inmunológico, se resolvió por la realización de este trabajo y, para tanto, se utilizó un modelo experimental no humano, ratas, donde fueron estudiadas las respuestas hematológicas e inmunológicas a un tratamiento por esta técnica complementaria.
Con el objetivo de verificar si la imposición de manos sobre el cuerpo de las ratas, sin contacto físico directo, produce efectos fisiológicos detectados por técnicas de laboratorio tales como leucograma específico, recuento de plaquetas, ensayo de citotoxicidad de células no adherentes con actividad NK o LAK se llevo a cabo un estudio por el Doctor Ricardo Monezi de la Universidad de Sao Paulo.
Ha sido verificado que el tratamiento médico convencional para el cáncer, aplicado conjuntamente con prácticas de la medicina complementaria, como la imposición de manos, ha llevado a una mejor respuesta de los pacientes al tratamiento (FERNANDEZ, 1998; GIASON, 1998).
Sin embargo el mecanismo fisiológico por lo cual resultaría esa mejoría no está dilucidado, siendo lanzada la hipótesis de una mejora en el estado inmunológico, especialmente en la respuesta antitumoral, a través de la activación de células con actividad Natural Killer (NK) y Lymphokine Activated Killer (LAK).
Hay relatos sugestivos en la literatura consultada de que la imposición de manos provocaría efectos perceptibles sobre el sistema inmunológico, que puede ser ejemplificado por la elevación en la inmunidad humoral (OLSON, 1997), reducción en el número de linfocitos T-supresores (QUINN, 1993) y hasta la elevación de los efectos de las funciones inmunológicas antitumorales (LEI, 1991).
También encontramos relatos de alteraciones hormonales que pueden estar directamente relacionadas a la función inmunológica (LAFRENIERE, 1999). El modo por el cual la imposición de manos actuaría sobre los organismos, no está esclarecido, siendo que hay hipótesis que atribuyen los resultadosfisiológicos secundarios a un tratamiento por esta técnica, a la acción de las llamadas energías sutiles, que serían un conjunto de energías que aún no fueron exactamente esclarecidaspor la ciencia (OSCHMAN, 2000).
También está la hipótesis de que sus efectos sean decurrentes de interacciones entre los campos bioeletromagnéticos propios de cada ser vivo, una vez que estos poseen ciertas potencialidades y polaridades eléctricas (TILLER, 1999; OSCHMAN, 2000; GREENE, 2001).
Resumen
—Después de testificar numerosos casos de remisión de cáncer asociados a un sanador que usó la “Imposición de Manos” en Nueva York, uno de nosotros (W.B.) se puso «como aprendiz” en las técnicas alegadas, con el objeto de reproducir el efecto curativo.
Obtuvimos cinco ratones experimentales con adenocarcinoma mamaria (código:H2712; tensión de anfitrión: C3H/HeJ; tensión del origen: C3H/HeHu), que tenían prevista una fatalidad del 100% esperada entre los 14 y 27 días subsecuentes a la inyección.
Bengston trató estos ratones durante una hora por día durante un mes.
Los tumores desarrollaron un área “ennegrecida”, luego se ulceraron, implosionaron y finalmente, se cerraron, continuando los ratones con su vida normal. Los ratones de control enviados a otra ciudad, murieron dentro del marco de tiempo previsto. Tres réplicas usando voluntarios escépticos (D.K. incluído), los laboratorios en la universidad del Queens y la universidad de San José produjeron un índice total de curación del 87.9% en 33 ratones experimentales. Una prueba informal y adicional de Krinsley, en el estado de Arizona, dio lugar a los mismos patrones.
Los estudios histológicos indicaron a las células cancerosas viables a través de todas las etapas de la remisión. La re-inoculación del cáncer en los ratones que habían remitido en Arizona y Nueva York no tomó, sugiriendo una respuesta inmunológica estimulada por el tratamiento.
Nuestras conclusiones tentativas: la creencia en la imposición de manos no es necesaria para producir el efecto; hay una inmuno-respuesta estimulada por el tratamiento que es reproducible y fiable; los ratones conservan una inmunidad al mismo cáncer después de la remisión. El trabajo futuro debe implicar el probar sobre diversas enfermedades y estudios inmunológicos convencionales sobre los efectos del tratamiento en animales de laboratorio.
Fuente: Fundación Sauce